Más de una vez se nos cortó y se
sigue cortando la luz, porque no aguanta la potencia de los cacharros o de las
luces, o vete tú a saber.
Una vez fuimos a una boda en el
campo. Nos pusieron dos remolques de tractor y a la hora de enchufar nos dijo
el padre de la novia:
-
Ahí mismo, el enchufe de la cocina que hay al lado del
frigorífico, es el que cae más cerca…
Cuando empezamos a tocar por la
noche cayó una rociá de las buenas y, con el suelo de hierro de los remolques
mojados, empezaron los calambrazos. Tuvimos que parar para poner unos cartones
y subirnos encima.
Killo, toda la noche sin un
corte, ni con los calambrazos saltaba el automático (si es que había), y no se
recalentó ni el cable…
Así que cada vez que Ambrosio
dice – llevamos tropecientos amperios, hay que separar la línea del sonido de
la línea de las luces, que haya toma de tierra…- los demás le decimos ¡venga ya…¡
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