“Litros de alcohol corren por mis
venas…” decía Ramoncín.
Y es que “Barón Rojo” sólo sonaba
bien con el segundo roncola que nos ponían en la Caseta Municipal (peazo de
vaso duralex gordo y largo). Por entonces el güiski no estaba de moda.
La Stratocaster del Canti, la
Gibson de Fernando, el Jazz-Bass de Morales, el Hammond de Juanito, la Rogers
de Altami y la voz de Juan llenando cada rincón de la Caseta “Los roqueros no
son buenos…” y los cubatas se tambaleaban en lo alto de los amplificadores.
Ahora lo del sexo, fracaso total…
Eso de que los músicos ligan
cantidad será con los Beatles y los Rollings.
Así que mujeres tirándose de los
pelos y pidiéndonos un hijo nuestro, no las hemos visto…
Y si fuera de otra forma, no
pensará el personal que lo vamos a contar aquí…
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