martes, 21 de febrero de 2012

Los locales de ensayo

El primer local de ensayo nos lo dejó Kakín, donde ahora está el billar de la Tertulia.
De ahí pasamos a un apartamento que alquilamos en el Carril de la Fuente.
Y el último local, donde todavía estamos, nos lo buscó mi padre ¡gracias papá¡, que era amigo de Felipe, el dueño.
Entre cambio y cambio, pasamos por locales de paso, donde echábamos sólo unos días.
El mejor local de paso fue el de Barrio Nuevo.
El Canti tenía un familiar que vivía en el campo y tenía un cuartito que nos podía dejar hasta que encontráramos un local en condiciones.
En el cuartito cabían los cacharros a lo justo, así que para ensayar había que sacar los tiestos, montarlos, ensayar, desmontarlos y volverlos a meter en el cuarto.
Lo mejor de todo era que con el ruido los vecinos se acercaban y se traían su sillita de nea para echar un rato con nosotros.
Así que allí estábamos nosotros, rodeados de gente sentá y aplaudiendo cada pedacito de canción que montábamos.

¡Gracias Barrio Nuevo¡


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